La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque puede manifestarse a cualquier edad, es común que los síntomas empeoren o se hagan más notorios en la tercera edad. Con la edad, el sistema inmunológico cambia, la piel se vuelve más delgada y menos elástica, y las enfermedades crónicas se vuelven más difíciles de manejar. Esto hace que las personas mayores enfrenten desafíos específicos en el tratamiento de la psoriasis.
En este artículo, profundizaremos en cómo tratar la psoriasis en la tercera edad, abordando los tratamientos disponibles, sus posibles efectos secundarios y las formas de mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta condición.
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¿Qué es la psoriasis?
La psoriasis es una enfermedad autoinmune que acelera la renovación celular en la piel. En lugar de que las células de la piel tarden semanas en renovarse, en personas con psoriasis este proceso puede ocurrir en días. Esto da lugar a la acumulación de células muertas en la superficie de la piel, lo que provoca parches gruesos, escamosos y a menudo dolorosos.
Estos parches suelen aparecer en el cuero cabelludo, las rodillas, los codos y la parte baja de la espalda, aunque pueden afectar otras áreas del cuerpo.
Tipos de psoriasis más comunes en la tercera edad
Aunque existen varios tipos de psoriasis, los más comunes en las personas mayores son:
- Psoriasis en placas: Es el tipo más frecuente y se manifiesta con parches rojos cubiertos de escamas plateadas.
- Psoriasis inversa: Se caracteriza por lesiones lisas y brillantes, que aparecen en áreas como axilas, ingles o debajo de los senos.
- Psoriasis pustulosa: Menos común, pero puede presentarse con pústulas llenas de pus en zonas localizadas o en todo el cuerpo.
Cada tipo de psoriasis tiene implicaciones específicas para el tratamiento, y en personas mayores, algunos tratamientos pueden no ser tan efectivos o presentar riesgos adicionales.
Factores que complican la psoriasis en la tercera edad
Con el envejecimiento, el tratamiento de la psoriasis puede complicarse debido a varios factores:
- Piel más sensible: A medida que envejecemos, la piel se vuelve más fina y vulnerable a los daños. Esto significa que las cremas o medicamentos tópicos que pueden haber funcionado en la juventud podrían causar irritación en la tercera edad.
- Comorbilidades: Muchas personas mayores sufren de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o artritis, que pueden influir en la elección del tratamiento. Además, los medicamentos que ya están tomando pueden interactuar negativamente con los tratamientos para la psoriasis.
- Capacidad para aplicar tratamientos tópicos: Algunos pacientes mayores pueden tener dificultades para aplicar cremas o ungüentos debido a la movilidad limitada o problemas de visión.
- Sistema inmunológico debilitado: Como la psoriasis es una enfermedad autoinmune, cualquier debilidad del sistema inmunológico, que es común en la vejez, puede hacer que la enfermedad empeore o que los tratamientos sean menos efectivos.
Tratamientos disponibles para la psoriasis en la tercera edad
Afortunadamente, existen diversas opciones para tratar la psoriasis en personas mayores, aunque es esencial elegir los tratamientos que mejor se adapten a la situación de cada paciente. Estos pueden dividirse en varias categorías.
Tratamientos tópicos
Los tratamientos tópicos suelen ser la primera opción para manejar la psoriasis, especialmente en casos leves o moderados. Estos medicamentos se aplican directamente sobre las áreas afectadas y ayudan a controlar la inflamación, la renovación celular acelerada y el malestar general. Sin embargo, en las personas mayores, la piel más frágil y otros factores relacionados con la edad hacen que se deban tomar ciertas precauciones.
A continuación, detallamos los tratamientos tópicos más comunes y cómo afectan a las personas de la tercera edad:
- Corticoides tópicos: Los corticoides tópicos son uno de los tratamientos más utilizados para la psoriasis debido a su capacidad para reducir rápidamente la inflamación, el enrojecimiento y el picor. Funcionan al inhibir la respuesta inmunitaria en la piel, lo que alivia los síntomas de la enfermedad. Se presentan en diferentes potencias, desde corticoides suaves hasta los de alta potencia, lo que permite ajustarlos según la gravedad de los síntomas.
- Análogos de la vitamina D: Los análogos de la vitamina D, como el calcipotriol (también conocido como calcipotrieno), se han convertido en una alternativa eficaz y más suave para el tratamiento de la psoriasis, especialmente en pacientes mayores. Estos medicamentos funcionan regulando la producción y maduración de las células de la piel, lo que ralentiza la renovación celular y reduce la formación de las placas escamosas características de la psoriasis.
- Inhibidores de la calcineurina: Los inhibidores de la calcineurina, como el tacrolimus y el pimecrolimus, son tratamientos inmunomoduladores que reducen la inflamación al interferir en la activación de los linfocitos T, una parte clave del sistema inmune que juega un papel importante en la psoriasis. Estos fármacos son especialmente útiles en áreas donde la piel es más delgada y sensible, como el rostro, los pliegues de la piel (ingles, axilas) y el área genital.
Tratamientos sistémicos
Cuando los tratamientos tópicos no son suficientes, se puede recurrir a terapias sistémicas, que afectan todo el cuerpo.
- Metotrexato: Este medicamento inmunosupresor puede ser efectivo, pero en personas mayores con problemas hepáticos o renales, se debe monitorear cuidadosamente.
- Ciclosporina: Es un medicamento que también suprime el sistema inmunológico, pero presenta riesgos importantes, especialmente para personas mayores con hipertensión o problemas renales.
- Biológicos: Estos son tratamientos más nuevos y dirigidos, que actúan sobre partes específicas del sistema inmunológico. Pueden ser efectivos y tener menos efectos secundarios generales, pero el riesgo de infecciones graves es mayor en personas de edad avanzada.
Fototerapia
La fototerapia, que consiste en exponer la piel a rayos ultravioleta (UV), puede ser beneficiosa para las personas mayores. Sin embargo, debido a la fragilidad de la piel en esta etapa de la vida, el riesgo de quemaduras o envejecimiento acelerado de la piel es una preocupación. Este tratamiento debe ser supervisado de cerca por un dermatólogo.
Consejos para mejorar la calidad de vida
Más allá de los tratamientos médicos, hay muchas formas en las que las personas mayores pueden mejorar su calidad de vida y controlar los síntomas de la psoriasis. Aquí te compartimos algunos consejos:
Cambios en el estilo de vida
- Hidratación constante: La piel seca es más propensa a brotes de psoriasis. Utilizar cremas humectantes con regularidad puede ayudar a mantener la piel flexible y reducir la descamación.
- Evitar los desencadenantes: Factores como el estrés, el tabaco, el alcohol y ciertos alimentos pueden empeorar la psoriasis. Identificar y evitar estos desencadenantes es fundamental.
- Alimentación balanceada: Una dieta rica en antioxidantes y omega-3 puede reducir la inflamación en el cuerpo, lo que ayuda a controlar la psoriasis. Incluir frutas, verduras y pescados grasos puede ser una excelente estrategia.
La psoriasis no solo afecta físicamente, sino también emocionalmente. Las personas mayores que la padecen pueden sentir vergüenza o aislamiento social. El apoyo emocional es clave para una vida plena. Por ejemplo, establecer una rutina diaria de cuidados para la piel y permitirse tiempo para relajarse y reducir el estrés son esenciales para controlar la psoriasis. También participar en grupos de apoyo con otras personas que tienen psoriasis puede ayudar a encontrar consuelo y una sensación de comunidad. En casos graves, la psoriasis puede causar depresión o ansiedad. La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a lidiar con los desafíos emocionales asociados a esta enfermedad.