Para muchas personas, la digestión es un proceso al que no le prestan demasiada atención… hasta que empiezan a notar molestias persistentes. Sensación de ardor en el pecho, reflujo, dificultades para tragar o incluso dolor torácico son algunas de las señales que pueden indicar la presencia de una hernia de hiato, una afección más común de lo que se cree.
Aunque en algunos casos puede pasar desapercibida, cuando los síntomas aparecen pueden afectar de manera significativa la calidad de vida. Entender en qué consiste, qué la provoca y cómo se puede tratar es el primer paso para manejarla de la mejor manera posible.
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¿Qué es la hernia de hiato y por qué se produce?
El diafragma es un músculo que separa la cavidad torácica del abdomen y cuenta con una pequeña abertura, el hiato, por donde pasa el esófago para conectar con el estómago. Cuando una parte del estómago se desliza hacia arriba a través de esta abertura, hablamos de hernia de hiato.
No todas las hernias son iguales. La más frecuente es la hernia de hiato deslizante, en la que la unión entre el esófago y el estómago se mueve intermitentemente hacia la cavidad torácica. También existe la hernia paraesofágica, menos común pero más peligrosa, ya que una parte del estómago queda atrapada junto al esófago, lo que puede derivar en complicaciones graves.
El envejecimiento es uno de los principales factores de riesgo. Con el tiempo, los tejidos que sostienen el estómago pueden debilitarse, facilitando que este se desplace. Sin embargo, otros factores pueden contribuir a su aparición:
- Aumento de la presión abdominal debido a obesidad, embarazo o estreñimiento crónico.
- Tos persistente o esfuerzos repetitivos al levantar peso.
- Factores genéticos que predisponen a la debilidad del diafragma.
No siempre hay una causa clara, pero cuando los síntomas aparecen, es fundamental prestarles atención.
Síntomas: señales de alerta
Muchas personas pueden tener una hernia de hiato sin saberlo, ya que no siempre produce síntomas. Sin embargo, cuando estos aparecen, pueden confundirse con otras afecciones digestivas o incluso cardíacas.
El reflujo gastroesofágico es el signo más común. Se trata de la sensación de ardor en el pecho (acidez), que suele empeorar después de las comidas o al acostarse. También pueden presentarse dificultades para tragar, eructos constantes, sensación de hinchazón y una presión en la zona del estómago que se intensifica al agacharse o hacer esfuerzos.
Algunas personas experimentan dolor en el pecho, lo que a menudo genera preocupación porque puede confundirse con un problema cardíaco. Para descartar cualquier complicación, siempre es recomendable acudir al médico si el dolor es intenso o recurrente.
En casos más severos, la hernia de hiato también puede provocar náuseas, vómitos, tos crónica y ronquera. Esto ocurre porque los ácidos del estómago irritan la garganta y las vías respiratorias, sobre todo por la noche.
Si los síntomas son persistentes y afectan la calidad de vida, es importante consultar con un especialista para realizar un diagnóstico adecuado.
Diagnóstico: cómo confirmar la presencia de una hernia de hiato
El médico puede sospechar de una hernia de hiato basándose en los síntomas, pero para confirmar el diagnóstico es necesario realizar algunas pruebas.
Una de las más utilizadas es la endoscopia digestiva alta, que permite visualizar el esófago y el estómago con una pequeña cámara introducida a través de la garganta. También puede realizarse una radiografía con contraste de bario, en la que el paciente ingiere un líquido especial que facilita la observación del movimiento del estómago.
En algunos casos, el médico puede solicitar una manometría esofágica para medir la presión dentro del esófago y evaluar su funcionalidad. Además, la pH-metría esofágica puede ser útil para determinar la presencia y gravedad del reflujo ácido.
Tratamiento: ¿cómo manejar la hernia de hiato?
El abordaje de la hernia de hiato varía según la severidad de los síntomas. En la mayoría de los casos, los cambios en el estilo de vida y la medicación son suficientes para controlarla. Sin embargo, en situaciones más graves, puede requerirse cirugía.
Cambios en la alimentación y hábitos diarios
- Evitar comidas abundantes y optar por porciones más pequeñas.
- No acostarse inmediatamente después de comer, esperando al menos dos horas.
- Elevar la cabecera de la cama para reducir el reflujo nocturno.
- Evitar el alcohol, la cafeína, los fritos y el chocolate, ya que pueden empeorar los síntomas.
- Mantener un peso adecuado para reducir la presión en el abdomen.
Medicación para aliviar los síntomas
En casos donde los síntomas persisten, los médicos pueden recetar medicamentos como:
- Antiácidos, que alivian la acidez temporalmente.
- Inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, que reducen la producción de ácido en el estómago.
- Antagonistas H2, que bloquean la acción de la histamina en la producción de ácido.
El uso prolongado de estos fármacos debe ser supervisado por un médico, ya que algunos pueden tener efectos secundarios si se toman durante mucho tiempo.
¿Cuándo es necesaria la cirugía?
Si los síntomas son severos y los tratamientos convencionales no funcionan, o si hay riesgo de complicaciones como una obstrucción del estómago, puede recomendarse una intervención quirúrgica. La funduplicatura de Nissen es el procedimiento más utilizado, en el que se refuerza la unión entre el esófago y el estómago para prevenir el reflujo.
No todas las personas con hernia de hiato requieren cirugía. La decisión dependerá de la gravedad del caso y de la respuesta a los tratamientos iniciales.
Vivir con hernia de hiato: ajustes para el día a día
Para quienes conviven con esta afección, hacer pequeños cambios en la rutina puede marcar la diferencia. A veces, simples detalles como ajustar la postura al dormir o evitar ciertos alimentos ayudan a reducir las molestias.
En personas mayores o con movilidad reducida, la hernia de hiato puede convertirse en un obstáculo adicional. En estos casos, los servicios de asistencia a domicilio pueden ser una gran ayuda. Empresas especializadas en Madrid ofrecen apoyo en la preparación de comidas adaptadas, acompañamiento a citas médicas y asistencia con la medicación.
Tener acceso a estos servicios puede hacer que la vida con hernia de hiato sea mucho más llevadera, permitiendo a las personas mantener su autonomía sin descuidar su bienestar.