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¿Es la telemedicina buena para las personas mayores?

En los últimos años, y sobre todo a raíz de la pandemia, la telemedicina ha dado un gran salto. Pero cuando hablamos de personas mayores, las opiniones se dividen. ¿Es realmente beneficiosa para ellos? Vamos a verlo.

¿Qué es la telemedicina?

La telemedicina es el uso de tecnologías de la información y la comunicación para brindar atención médica a distancia. Permite que los profesionales de la salud y los pacientes interactúen sin necesidad de estar físicamente presentes en el mismo lugar.

¿Qué ventajas tiene la telemedicina para las personas mayores?

Acceso más fácil a la atención médica

Uno de los puntos fuertes de la telemedicina es que les permite a las personas mayores, especialmente a aquellas con problemas de movilidad o que viven en zonas rurales, acceder a su médico sin moverse de casa. Esto es una gran ventaja, ya que muchos dependen de familiares o cuidadores para ir a sus citas, y no siempre es fácil coordinar esos desplazamientos. La telemedicina rompe esa barrera geográfica y evita que tengan que hacer viajes constantes al consultorio.

Ahorro de tiempo y dinero

Sabemos que ir al médico muchas veces implica mucho más que solo la consulta. Entre el tiempo de desplazamiento y las esperas, una cita puede ocupar prácticamente todo el día. Con la telemedicina, todo es más rápido, y también puede ser más económico, ya que en algunos casos las consultas virtuales cuestan menos que las presenciales.

Monitoreo constante sin salir de casa

Otro punto positivo es que, con los dispositivos adecuados, los médicos pueden monitorear en tiempo real la salud de las personas mayores desde la distancia. Esto es súper útil para quienes tienen enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes, que requieren un seguimiento constante. 

De esta manera, los cambios en su salud se detectan rápido y se pueden tomar medidas antes de que la cosa empeore.

Comodidad en su entorno

Para muchas personas mayores, su casa es su refugio. Poder recibir atención médica sin tener que salir de ese ambiente familiar puede reducir mucho el estrés y la ansiedad que a veces acompañan a las visitas al hospital o a la clínica. Se sienten más tranquilos y cómodos en su propio espacio.

¿Y cuáles son los retos de la telemedicina?

A pesar de todas estas ventajas, la telemedicina también tiene algunas barreras que pueden hacerla más complicada para las personas mayores.

Barreras tecnológicas

Aquí está uno de los principales problemas. Aunque muchas personas mayores tienen algún tipo de dispositivo tecnológico, no todos saben usarlo bien. Videollamadas, apps, dispositivos conectados… para muchos puede ser un mundo nuevo y complicado. 

A veces, solo el proceso de conectarse a una consulta virtual ya puede ser frustrante, y si no hay alguien cerca para ayudar, puede resultar más un problema que una solución. 

Además, una mala conexión a Internet o la falta de habilidades digitales puede hacer que la experiencia no sea del todo fluida.

Dificultades visuales y auditivas

Con la edad, los problemas de visión y audición son más comunes, y eso puede ser un obstáculo en las consultas virtuales. Si no pueden ver bien la pantalla o no escuchan claramente al médico, la calidad de la atención puede verse afectada. Aunque algunos programas están diseñados para ser más accesibles, muchos otros no tienen en cuenta estas necesidades.

Falta de contacto humano

Para muchas personas mayores, ir al médico no es solo una cuestión de salud física, también es una oportunidad para conectar a nivel humano. Una visita presencial les permite sentir el apoyo emocional del médico, y captar señales no verbales como el lenguaje corporal o el tono de voz, que son importantes para comprender cómo se sienten realmente. Las consultas virtuales, aunque prácticas, tienden a ser más impersonales, y eso puede hacer que algunos mayores se sientan más aislados.

Problemas de salud complejos que requieren atención presencial

Aunque la telemedicina puede ser muy útil para consultas generales y el seguimiento de condiciones crónicas, no siempre es suficiente. Las personas mayores suelen tener varios problemas de salud que requieren una evaluación física completa o pruebas que no se pueden hacer a distancia. Por ejemplo, medir la presión arterial o hacer un examen físico detallado son cosas que necesitan una interacción directa. En estos casos, la telemedicina puede complementar, pero no reemplazar del todo las visitas presenciales.

El papel de la familia en la telemedicina

Otro aspecto importante es el apoyo familiar. Muchas veces, son los hijos o cuidadores quienes ayudan a los mayores a conectarse a las consultas virtuales y a entender lo que el médico les dice. 

Este apoyo es fundamental, pero puede convertirse en un problema si no están disponibles para ayudar. Sin embargo, cuando la familia puede participar activamente, la telemedicina puede ser una herramienta genial para fortalecer el vínculo entre el médico, el paciente y los cuidadores, creando una red de apoyo más sólida.

¿Qué nos espera en el futuro de la telemedicina para las personas mayores?

La buena noticia es que la tecnología sigue avanzando, y con ello las barreras que existen hoy en día poco a poco van desapareciendo. Cada vez se diseñan más dispositivos adaptados a las necesidades de las personas mayores, como tablets con pantallas más grandes y con interfaces más sencillas. Además, la inteligencia artificial y otras tecnologías están mejorando la personalización de la atención médica, lo que hará que las consultas virtuales sean más accesibles e intuitivas.

También están surgiendo programas de formación para que las personas mayores puedan adquirir habilidades tecnológicas básicas, lo que podría aumentar el uso de la telemedicina en este grupo.